Por regla general, Android suele funcionar de forma bastante fluida. Si este no es tu caso es que algo falla. Si notas que tarda un par de segundos en abrir una aplicación cuando antes no era así, si notas que las animaciones van a trompicones o si notas que en general todo va muy lento, es posible que sea una cuestión de memoria RAM.
La memoria RAM sirve para manejar varios procesos a la vez. Cuantas más cosas tengan abiertas más lento irá tu Android. Ahora bien, ¿qué pasa si lo cierro todo y me sigue yendo lento? Pues básicamente que lo que has hecho es cerrar los procesos en primer plano, pero los programas en segundo plano siguen gastando memoria. Para solucionar esto te recomendamos un par de cosas.
Primero es analizar qué aplicaciones tienes instaladas. Elimina aquellas que estén chequeando constantemente el sistema, pues estas son las peores. Muchas de las aplicaciones que dicen acelerar el rendimiento de Android en realidad sirven casi para lo contrario. Luego están algunos antivirus que lo único que hacen es molestar cada dos por tres. Más nos vale deshacernos de estos placebos.
Después viene la sincronización. Por ejemplo Facebook, que aunque no lo tengamos abierto nos notifica cuando alguien ha dicho algo, esto es porque está constantemente conectándose con el servidor en busca de información nueva. Habrá que ir a Ajustes > Cuentas y allí dentro de cada app veremos la opción de desactivar la sincronización.
Finalmente, otra opción es que sea la propia interfaz la que es demasiado pesada. Móviles como los de Samsung o demás incorporan una serie de aplicaciones extra que ralentizan el smartphone una barbaridad. Afortunadamente hay maneras de desactivar estas aplicaciones bloatware.
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